La inteligencia estructural nos permite descubrir lo que une a cosas aparentemente diferentes.
Creemos tener varios problemas en nuestra vida: uno con mi pareja, otro en el trabajo, etc. Todos ellos tienen algo en común, una misma dinámica que se repite. Descubrirlo es conocer nuestro conflicto estructural. Es una perspectiva más coherente, tiene un hilo que le da sentido. Si observamos nuestro árbol familiar veremos también que hay un hilo que da mayor sentido. Nuestro conflicto estructural está conectado con los conflictos que vivieron las generaciones anteriores en nuestra familia. Vivimos el mismo conflicto en un polo o en otro. Con una mirada estructural vemos lo que interconecta cosas aparentemente diferente. Lo que ocurre a través de las generaciones es la expresión de los mitos humanos en forma particular.
Observar que la energía de la vida es sexual aporta una perspectiva estructural. La vida es continuamente creación a partir de un acto de sexualidad en sentido amplio. El Sol (principio masculino) con la Tierra (principio femenino) está en continua fecundación de creación de vida y eso lo estudiamos en el colegio. Cuando creamos un proyecto en nuestra vida estamos sincronizando nuestro principio femenino y masculino con la finalidad de materializar nuestro objetivo o creación. Cuando dos personas realizan el acto sexual son un ejemplo más de la estructura creativa de la vida.
Este post pretende aportar varias reflexiones acerca de la naturaleza estructural de la vida, que nos ayudan a desarrollar el pensamiento en estructura. Si pensamos de forma estructural tenemos una perspectiva con más sentido, más coherente, interconectada e inclusiva sobre nuestra vida y la existencia. Y por tanto más funcional que otras perspectivas más parciales. Nuestra comprensión y nuestras respuestas ante los problemas también serán más funcionales si pensamos en estructura.
3-octubre-2021