¿Qué es el Conflicto Estructural?

¿Qué es el Conflicto Estructural?

El conflicto estructural es, como la palabra indica, básico en nosotros y se expresa en las diferentes áreas de nuestra vida. Existen cuatro conflictos estructurales básicos: carencia/abundancia, sobreprotección/abandono, desvalorización/sobrevalorización y exclusión/inclusión. Cada persona tiene uno que predomina, y a la vez tenemos elementos de todos ellos.

¿Nos permitimos recibir?

¿Nos permitimos recibir?

En las relaciones humanas existe un constante intercambio entre dar y recibir. En el post anterior hablamos de las personas que dan en exceso en sus relaciones y que no tienen en cuenta sus necesidades y no se permiten recibir. El otro día nos centramos en el exceso de dar. Hoy nos centramos en el déficit de recibir. ¿Te permites recibir, pedir, tomar? Muchas personas saben que esto les cuesta.

La culpa en la diferenciación de la familia de origen.

La culpa en la diferenciación de la familia de origen.

El proceso de diferenciación e individuación de nuestra familia de origen es fundamental para lograr nuestro crecimiento como personas adultas y construir relaciones maduras. Es una diferenciación sobre todo en lo sutil (simbólico) y no en sólo en lo denso (físico) que también. En este proceso sutil la culpa está presente y proviene, como no, de nuestra lealtad a las creencias familiares inconscientes que nos habitan.

LO QUE NO DIGO en la Comunicación

LO QUE NO DIGO en la Comunicación

Al hablar de comunicación, generalmente nos centramos en qué digo y cómo lo digo. Esta parte es fundamental, pero hoy vamos a poner el foco en una parte más invisible con gran impacto también en la comunicación: LO QUE NO DIGO, fuente de confusiones y malentendidos en las relaciones. El mito de la armonía, dar por supuesto las cosas y nuestros miedos están en la raíz de nuestros silencios.

Poner límites en las relaciones

Poner límites en las relaciones

Al hablar de las relaciones con los demás usamos a menudo la expresión «poner límites». Nos referimos a poner límites a la conducta del otro. El foco está en las conductas y en el otro, en el afuera. El otro con su conducta me obliga a mí a ponerle límites. Poner límites a las peticiones excesivas de un jefe en el trabajo, a los comentarios y consejos de familiares, a la imposición de decisiones en la pareja, a la falta de colaboración de un compañero, a las rabietas de un niño etc.