Hoy vamos a hacer una reflexión sobre la relación entre la autoestima y las expectativas.

A la hora de comprender cómo nos valoramos, es importante explorar y tomar conciencia de cuales son las expectativas concretas que tenemos respecto a nosotros mismos.

Si son muy elevadas nos llevan a la sobre exigencia, la frustración constante y al estrés.

Asumir responsabilidades excesivas o de otros, dar respuesta a una agenda agotadora, gustar y complacer  a todo el mundo, pensar que hacer las cosas bien implica destacar sobre otros, no permitir los errores, asumirnos responsables del bienestar de otros, etc.

Guiar nuestra vida por estas creencias tiene mucho de fantasía.

Cuestionarlas es el primer paso para ajustarlas a la realidad y elegirlas con mayor equilibrio y madurez.

Gracias por tu atención!